ALIMENTACIÓN SALUDABLE

Uno de los pilares más importantes para llevar un estilo de vida saludable es obviamente la alimentación. Alimentarse de manera responsable tanto con el planeta como con nuestro cuerpo, que es el hogar que habitamos.

A lo largo de la Historia las civilizaciones más avanzadas cuidaban al prójimo mediante la comida. La historia de la nutrición está ligada directamente con la de la medicina, porque la alimentación nos nutre y nos protege de enfermar. No digo que no podamos enfermar si nos alimentamos de forma saludable, pero lo que es seguro es que tendremos una mejor salud y una mejor calidad de vida.

Una alimentación saludable con alimentos reales, en su mayoría de origen vegetal y siempre respetuosos con el planeta y con las personas que los cultivan, sostenible y con la menor huella ambiental posible.

Para comer de forma saludable es imprescindible dedicar tiempo a hacer una compra responsable y a cocinar. Cocinar es fundamental para alimentarse correctamente y hoy en día existen maneras de optimizar el tiempo en la cocina, con métodos como el batch cooking que a mi, personalmente, me funciona bastante bien.

Si no sabes por dónde empezar puedes encontrar inspiración y ayuda a raudales en personas como Elka Mocker, a la que vas a adorar tanto a ella como a sus recetas; Chloé Sucrée, que tiene un programa de suscripción mensual en el que te va dando los menús semanales si te cuesta tener ideas de recetas; Juan Llorca, que es chef especializado en alimentación saludable para niños. O muchísimas más que podrás encontrar en rrss.

CONSUMIDORES RESPONSABLES

Tenemos que tener responsabilidad a la hora de hacer la compra de alimentos. Estar suficientemente informados y no dejarnos influir por la publicidad. Conocer qué son alimentos reales y qué no.

La compra de alimentos es el acto de consumo más importante en el que tenemos que poner conciencia porque comemos al menos tres veces al día, cada día del año.

Alejarnos del consumo de productos procesados, que nos llenan el estómago pero no nos nutren, y en cambio comprar alimentos reales. Comprar alimentos locales y de temporada, no solo porque tendrán más nutrientes, sino porque son los que tu cuerpo necesita en cada época del año.

A mi lo que más me ayudó para empezar a hacer una compra más responsable fue dejar de comprar los alimentos en el supermercado y comprar en el mercado local. Hacer una lista de la compra semanal que incluya fruta, verdura, legumbres, frutos secos, semillas, granos de temporada y en su mayoría de proximidad.

EDUCACIÓN

La base sobre la que se sostiene una sociedad bien alimentada es sin duda alguna la educación. Tenemos que enseñar a las/los niñas/os desde pequeñas a comer bien, a tener un paladar educado en alimentos reales, a cocinar, a tener respeto por los alimentos y el entorno, a honrar la tierra de donde provienen. Una educación en la que el ser humano forma parte del ecosistema y no es el centro o la cúspide.

Si centramos la educación en memorizar datos en vez de en aprender a alimentarnos, adquirir conocimientos de nutrición, aprender a gestionar nuestras emociones, a conocernos y desarrollar nuestras habilidades y dones, no tendremos una base sólida para crecer como seres conectados con nuestra esencia y nuestro cuidado.

Aprendamos de la sabiduría de nuestros mayores, nuestras madres y abuelas. Honremos nuestra cultura gastronómica y disfrutemos conociendo otras culturas a traves de la comida. Porque hay una sabiduría ancestral que se ha transmitido a través de la forma de cocinar y combinar los alimentos que debemos preservar para las futuras generaciones y para el cuidado del planeta y de los seres que lo habitan.

Gracias por leerme.

Amanda

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