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Kali Yuga

Kali Yuga en el hinduismo es la era de la oscuridad en la que el dharma ha perdido su fuerza y la egolatría nos domina.

Existe un estrecho vínculo entre la crisis de la mayoría de la humanidad y el estado de la Tierra. Principalmente en el norte global, nuestra especie ha perdido la conexión con su ser auténtico y ha caído en una existencia superficial. Para el ecologismo los problemas ambientales son síntomas de una crisis más profunda en la relación entre los seres humanos y el resto del mundo natural, lo que llamamos la crisis ecosocial.

La desconexión de la naturaleza en general es una de las razones de que la humanidad se encuentre perdida. Hemos olvidado que somos animales, que somos parte de un organismo vivo llamado Tierra, hemos olvidado que al prestar atención a la naturaleza y al resto de seres vivos nos prestamos atención a nosotras mismas. Nos hemos alejado de la Tierra siendo parte de ella y hemos olvidado que no hay nada en nuestro planeta al margen de la naturaleza, por muy procesado que esté. Nos hemos olvidado que somos parte de un todo.

Y no es casualidad que donde hay violencia contra la Tierra la haya contra los cuerpos más vulnerables y racializados. Todo responde a la misma opresión patriarcal, capitalista, colonial y ecocida.

Kali Yuga Doñana

Resulta curioso que seamos capaces de imaginarnos fuera de nuestro ecosistema natural viviendo en Marte o en ciudades espaciales y no seamos capaces de imaginarnos viviendo en la Tierra fuera del sistema imperante, lo que demuestra falta de imaginación por nuestra parte y de humildad para aprender de otras comunidades.

Desde el arte necesitamos crear utopías que conserven y protejan todo lo que es necesario para la vida y hacerlo a través de la belleza y el disfrute, además de porque es necesario para sobrevivir, también porque nos va a llevar a vivir mejor y con más sentido.

El decrecimiento es necesario para hacer un mundo más igualitario y sostenible. Acabar con las jerarquías y vivir de un modo en que veamos con respeto a todas las formas de vida. Sabernos interdependientes y ecodependientes y poner la vida en el centro.

Kali Yuga nos invita a ser creativas y reinventarnos a cada momento. Entender nuestro entorno y entendernos a nosotras mismas. En la degeneración del orden se abren nuevas posibilidades que están por definir y ojalá se construyan a favor de la vida.

Gracias por leerme.

Amanda

Sobre sánscrito

La primera vez que practiqué yoga la profesora nombraba las posturas en español o en inglés. Pero cuando años más tarde, volví a retomar la práctica después de haberla abandonado, entré en un centro donde nombraban todo con palabras extrañas que yo desde mi ignorancia desconocía. Así que empecé a investigar y descubrí el sánscrito.

El sánscrito es una lengua clásica de la India y de las más antiguas indoeuropeas que se conocen. Para los budistas, hindúes y jainistas es una lengua sagrada. Hoy en día su uso está relegado a liturgias y a contextos culturales concretos. Sería como el latín o el griego para las culturas europeas. Hasta ahí todo normal, pero para mi lo que la hace especial es que además es de una gran belleza. Se considera una de las lenguas más espirituales que existen y eso se percibe desde el primer contacto.

Los textos más antiguos que se conocen del yoga están escritos en sánscrito y el idioma original de los nombres de las posturas es el sánscrito. Por eso si practicamos yoga es bueno que nos familiaricemos con esta hermosa y sagrada lengua.

Interesarse por conocer y aprender algo de sánscrito es para mí una señal de respeto hacia la tradición milenaria del yoga y sus orígenes.

Y aunque al principio nos suene muy extraño y lejano, en realidad todos conocemos palabras en sánscrito. Karma, guru, chakra, mandala e incluso la misma palabra yoga, que habitualmente se traduce como unión.

Otra de las cualidades más destacadas del sánscrito es su vibración. Según la tradición hindú el sonido de la palabra Om (aum) es el sonido del universo. Om es el mantra más básico que se suele cantar al inicio y cierre de una clase de yoga y que con su vibración nos lleva al estado de introspección y meditación que buscamos en la práctica. También se realiza en sánscrito el canto espiritual en forma de kirtan, que consiste en cantar mantras con repeticiones que nos llevan a calmar la mente para poder meditar.

A mi no se me da muy bien aprender nuevos idiomas, aunque me encanta porque, además de darte muchas herramientas para moverte por la vida, es una forma de profundizar en las culturas. Así que, la mejor forma que he encontrado de poder memorizar los términos en sánscrito, ha sido dibujarlos e intentar hacerlo bello y sencillo. Y de ahí surge este ebook, en el que he puesto muchas horas de trabajo, energía y tiempo, además de mucha ilusión y emoción.

Espero que os pueda interesar y que si es así, os acerquéis con curiosidad a esta hermosa lengua que nos transporta a una India espiritual y sagrada. Y que nos hace profundizar en el yoga desde el respeto a su historia y a su tradición.

También os invito a leer cuáles son mis recomendaciones de libros para profundizar en el yoga y así entender un poco más lo valioso del yoga y del sánscrito.

Gracias por leerme.

Amanda

El autoconocimiento a través del yoga

Seguramente habrás oido hablar del autoconocimiento como herramienta para la autorrealización, para vivir una vida con propósito y en definitiva para ser más feliz. Hay múltiples herramientas y corrientes para trabajar en el autoconocimiento y el yoga tambíen puede ser una de ellas.

Una de las ventajas que nos ofrece la práctica de yoga es crear un espacio y un tiempo para parar la mente y escuchar a nuestro cuerpo. Esto es muy poderoso como herramienta para conocernos, porque mientras nuestra mente busca constantemente artimañas para engañarnos y convencernos de cosas que no son, nuestro cuerpo nunca nos miente. Por eso aprender a escucharlo y recibir los mensajes que nos envía puede aportarnos mucha verdad y mucha luz.

Para trabajar el autoconocimiento es básico trabajar la escucha del cuerpo, porque ahí reside nuestra verdad.

A través de la práctica de asana, pranayama y meditación vas quitándote la mascara, el personaje creado a través de los años queriendo encajar en esos moldes que nos han vendido. Comienzas a profundizar más en tu ser y te reencuentras con tu esencia.

Si además practicas los yamas y niyamas, este trabajo es aún más profundo porque te despojas de todo lo superfluo y vácuo tanto hacia tí como hacia los demás, y eso aporta mucha luz.

Estudiar las filosofías que se relaccionan con el yoga también es un gran camino hacia el autoconocimiento, para encontrar respuestas sobre quiénes somos, qué somos más allá de nuestro cuerpo y nuestra identidad, y otras preguntas metafísicas que nos pueden resultar dificiles de responder.

En definitiva ser curiosa y querer adentrarse en la propia búsqueda es una resposabilidad individual que te invito a que afrontes con empeño e ilusión.

Gracias por leerme.

Amanda

SOBRE LAS DUDAS

Llevo unos meses haciendo un curso de historia y filosofía del yoga y he de decir que cuanto más aprendo más dudas tengo. Una de las preguntas que me surgió hace unas semanas fue si realmente podemos los occidentales llegar a ser auténticos practicantes de yoga o estamos jugando a apropiarnos de una cultura ajena.

Estudiando la Bhagavad gītā (obra clave del hinduismo) en el curso me surgió la pregunta de si era un texto en verso o en prosa. La explicación resultó ser que se encuentra entre el verso y la prosa, no es ni una cosa ni la otra o puede ser las dos. Me entristeció darme cuenta de la limitación de mi mente occidental que necesitaba meter en el cajón del verso o en el de la prosa la grandiosidad de un texto que trasciende esas limitaciones. Empecé a dudar de mi capacidad de acercarme al yoga por la construcción de mi mente occidental.

Pero días después llegué a la conclusión de que oriente y occidente son un invento relativamente reciente. Realmente todos formamos parte de una única cultura y tradición humana con correlaciones y relaciones a lo largo de todo el planeta y en todas las direcciones. Pero el conocimiento tiende a encajonar y a definir limites.

Las fronteras son invenciones humanas, no son hechos de la naturaleza. Somos una única especie y una única comunidad humana, no nos diferencia nada sustancial.

Hace poco escuché a alguien decir «la gente se cree que yoga es ir los martes y jueves a hacer una serie de ejercicios y eso no es yoga». Esta claro que la práctica esporádica de asanas no es yoga pero puede ser la puerta de entrada para adentrarse y profundizar en esta grandiosa herramienta. Ya he contado alguna vez que mi primer acercamiento fue a través de la práctica de asanas en una pequeña sala que había al fondo de un herbolario en el barrio de Gràcia en Barcelona y que mientras practicaba intuía que ahí había mucho más donde rascar. Y eso le puede pasar a cualquiera con un poco de sensibilidad y curiosidad.

Cuanto más practico, más estudio y más conozco, más me doy cuenta de lo poco que sé y de lo lejos que me encuentro del yoga. Y me surgen constantemente mil dudas. Entre ellas la de si tengo capacidad como occidental de entender gran parte de ese universo, pero entonces reconozco que esas dudas forman parte del proceso, que estoy adentrandome en el camino del autoconocimiento y que tengo que ir quitándome velos y capas de creencias, prejuicios, ideas preconcebidas y limitaciones para llegar a la esencia, para encontrar respuestas a aquello que se nos escapa al intelecto, para alcanzar la luz.

Si las dudas son mentales son limitaciones y trampas del ego, no te dejes engañar por ellas. La verdad viene de tu ser más profundo, de tu intuición, síguela. Somos mucho más que una mente, pero lo desconocemos. Hay estudios recientes de neurociencia que están planteando que la conciencia no reside en el cerebro (lo siento Descartes).

Al final el yoga no es más que un camino, una forma de busqueda, pero puede haber muchas otras, elige la que más te resuene y hazlo con humildad, con respeto y entregándote a la experiencia con honestidad.

Gracias por leerme.

Amanda

CONSUMO RESPONSABLE

Hace unas semanas mi hermana me escribió para contarme que su profesora de yoga había visto una de mis ilustraciones en una tienda online china en diferentes tamaños a elegir y a un precio irrisorio. Hoy te quiero hablar de nuestra responsabilidad como consumidores.

En los años 80 Amancio Ortega inventa un tipo de negocio textil basado en plagiar diseños (reduciendo así gran parte del tiempo y el esfuerzo de la parte creativa), producir con materiales muy baratos en países donde los derechos laborables brillan por su ausencia, (con sueldos míseros y condiciones de trabajo de esclavitud) y generar un volumen de contaminación y maltrato de los recursos naturales que no hay planeta que soporte.

Este modelo es copiado por prácticamente toda la industria textil y acaba dominando el mundo y exportándose a otros muchos sectores más alla del textil. Se llega al extremo de que en internet hay cientos de tiendas que venden productos de diseños robados con fotos robadas, que campan a sus anchas y, lo que es más grave, hay personas que compran en estas tiendas.

¿Qué es un consumo responsable? ¿Cómo ejercerlo? Para empezar posiblemente debamos reducir la cantidad de cosas que consumimos y realmente no necesitamos, y eso nos llevará a ser más conscientes de por qué compramos algo. Muchas veces no es más que un intento por acallar emociones que no queremos asumir que sentimos (tristeza, enfado, soledad, ansiedad); pensamos que no las debemos sentir y las tapamos buscando ese placer efímero que nos da comprarnos algo.

Pero si hacemos el ejercicio de preguntarnos si realmente necesitamos ese objeto; de preguntarnos si tenemos algo similar que cubra las mismas necesidades; de preguntarnos si podemos prescidir de ello, veremos que reducimos considerablemente nuestras compras, lo cual ya es un gran paso hacia un consumo más responsable.

Una vez reducida la cantidad de consumo, observemos aquello que sí necesitamos consumir. Y aquí la atención hay que ponerla en varias áreas: la procedencia, los materiales, el testeo en animales, el proceso de producción, las condiciones laborales y el impacto medioambiental tanto en la producción como en la distribución (o sea, cuanto más local mejor, cuanto más ecológico mejor, cuanto más ética mejor y cuanto más sostenible mejor).

Cada vez que compramos algo estamos decidiendo sobre el planeta en el que queremos vivir, los derechos de los trabajadores, el cuidado de los animales y el del medio ambiente.

Cada vez que gastamos dinero en alguna empresa apoyamos las políticas de esa empresa. Esto parece muy obvio pero casi siempre delegamos la responsabilidad en el estado y pensamos que con votar cada cuatro años los políticos harán su parte. Nos vemos con derecho a criticar cuando nos parece que lo hacen mal sin observar nuestra parte de responsabilidad y cómo la ejercemos cada día.

Se acercan fechas de mucha tradición consumista y es el momento ideal para parar, observar y cambiar la forma de actuar hacia una más responsable, coherente y eficiente. Tenemos mucho poder como consumidores, podemos cambiar el mundo en el que vivimos. Tenemos el poder de que las empresas actuen más acorde a nuestros valores y en cada acto de consumo debemos ejercer ese poder con responsabilidad.

Por cierto, si compras en mi tienda también espero que sea después de reflexionarlo mucho; yo intento ser responsable con los materiales que uso y con cada compra envio ideas para reciclar el packaging de mis ilustraciones.

Gracias por leerme.

Amanda

ECOFEMINISMO

Desde el verano tengo programados los temas que tratar en los siguiente meses en este blog y, casualmente, hoy escribo de ecofeminismo, la misma semana en la que hay unas elecciones generales al gobierno en mi país. Te avanzo que el ecofeminismo es mi postura política.

La cultura occidental que impera a escala mundial se basa en la creencia de que la especie humana es superior al resto y que está por encima del planeta que habita. Nos creemos con derecho a explotarlo, maltratarlo y destruirlo, incluso que en un futuro podríamos prescindir de él. Si te fijas, a mayor desarrollo, mayor desconexión y mayor explotación a la naturaleza.

Al mismo tiempo esa cultura se rige por un patriarcado, o sea, está dirigida por hombres que someten a las mujeres y las considera seres inferiores y por lo tanto, aptas para también, ser explotadas y maltratadas.

Pero ese desarrollo olvida que el planeta es finito y que los seres humanos dependemos, no solo de la naturaleza, sino los unos de los otros para sobrevivir. En los primeros y en los últimos años de nuestra vida somos dependientes del cuidado de otros, y el patriarcado ha impuesto esa tarea a las mujeres explotándolas.

El cuerpo desnudo de una mujer no es algo sexual; es la mirada del hombre la que lo sexualiza y es el hombre el que debe controlar su pensamiento y respetar la libertad de nuestros cuerpos de ser y hacer lo que quieran.

Desde Occidente entendemos perfectamente el ejemplo cuando en muchos paises de Oriente a las mujeres se les obliga a taparse el cabello porque para el hombre es algo sexual y provocador. Pues ocurre exactamente lo mismo con una teta o un culo: son algo completamente natural y es el hombre el que debe controlar su deseo o su pensamiento y respetar la libertad individual de todo ser a hacer lo que le dé la gana con su cuerpo. Tener que explicar esto a estas alturas, me enerva.

Atrocidades que se cometen contra las mujeres en todo el mundo (secuestros y violaciones de mujeres chinas para robarles los bebés; violaciones en África como método para desestabilizar pueblos; ablaciones en todo el mundo; y asesinatos y violaciones en nuestro supuestamente civilizado país) no pueden ser aceptadas sin más.

Atrocidades que se cometen contra el planeta, como los últimos incendios en el Amazonas, la destrucción y contaminación de los océanos y una lista interminable de barbaridades, nos tendrían que avergonzar y urgir a actuar.

Necesitamos cambiar esa cultura patriarcal y capitalista por una cultura en la que se ponga el planeta en el centro y el cuidado de todos los seres que pertenecen a él en igualdad. Y esto solo se puede hacer desde una visión feminista y ecologista, liderada por mujeres que actuen desde el feminismo.

Por eso mi desinterés ante las elecciones del sábado, en las que veo a seis señoros hablando de cosas de señoros y actuando desde el mismo lugar de siempre. Quiero creer que ese despertar del fascismo que ahora tememos se debe a que, ante la cada vez más presente movilización y concienciación feminista, sienten la amenaza de perder sus privilegios, algo que antes nadie cuestionaba.

Mujeres como Greta Thunberg, Alexandria Ocasio-Cortez o Yayo Herrero son el modelo de líderes que necesitamos para construir un mundo en el que el planeta y todos los seres que lo habitan sean respetados. En el que quizás debamos frenar la velocidad del progreso y anteponerle la salud de nuestro hogar, de nuestra fuente de vida y la lucha por una mayor igualdad entre todos los seres vivos.

Gracias por leerme.

Amanda

LAS OCHO RAMAS DEL YOGA

Como ya he contado en alguna ocasión mi acercamiento al yoga fue motivado por la busqueda de una actividad física que no me aburriera. Tenía una imagen estereotipada y borrosa de lo que era el yoga que cambió en las primeras clases. Una de las primeras cosas que me atrajo, más allá de la práctica de asana, fue descubrir que había mucho donde rascar y profundizar.

Sobre el año 150 a.C. aproximadamente un pensador hindú cachemiro llamado Patanjali escribe los Yoga-Sutra, unos textos sánscritos compuestos de aforismos acerca de la sabiduria del yoga. Se considera el tratado de yoga más antiguo basado en la doctrina samkhia y en la escritura sagrada hindú Bhagavad-gita.

Como parte de este tratado se encuentra Ashtanga yoga. Ashta significa ocho en sanscrito y anga extremidad, o sea ocho ramas, que consiste en los ocho aspectos para vivir una vida desde un yoga con propósito.

Quizás prácticas yoga y jamás has escuchado hablar de las ocho ramas del yoga, ni de Patanjali, pero sin darte cuenta conoces al menos una o dos de estas ramas.

Como te comentaba al principio, en seguida se despertó mi interés por indagar en la filosofía del yoga y leer todo libro que cayese en mis manos. Pero he de confesar que la decepción llegó pronto al empezar a leer textos muy densos, poco comprensibles y en muchas ocasiones religiosos. Algunos de esos libros, como por ejemplo Autobiografia de un yogui de Paramahansa Yogananda, ni siquiera los llegué a acabar; me costaba empatizar con tantos detalles de milagros.

Como soy de naturaleza testaruda, cuando llegué a los Yoga Sutras decicí que quería leer Ashtanga de otra manera, desgranarlo, tomar notas e intentar entenderlos y explicármelos a mi misma. Y por supuesto, dibujarlos. Así es como hice mi versión de las Ocho ramas del yoga ilustrado, con mis dibujos y sí, con mujeres como protagonistas.

Hoy en día se habla mucho de la apropiación cultural y he de confesar que no tengo respuestas claras a los cuestionamientos al respecto. Si cogemos una tradición milenaria de Oriente, la sacamos de su contexto, la traemos a Occidente y sustituimos a personajes masculinos indios por mujeres occidentales, ¿estamos cayendo en una apropiación cultural?.

Yo dibujo mujeres occidentales practicando yoga porque intento explicarme a mí misma. Cuando estudiaba en la facultad de Bellas Artes trabajabamos el autorretrato en todos los formatos como una forma de autoconocimiento, de indagar en nosotros mismos y de hacernos preguntas desde una óptica más filosófica que hedonista. Y siento que es lo que sigo haciendo a día de hoy. Profundizar en cualquier conocimiento implica pasarlo por tu filtro de realidad; si eso es apropiación cultural, muchos caemos en ella.

La mayoria de representaciones gráficas de las ocho ramas del yoga se corresponden con un árbol y sus ramas, en donde aparecen escritos los términos. Al leer a Patanjali yo los imaginé de manera circular con el octavo, Samadhi, en el centro, conteniendo al resto. Entre estas ramas están Asana, Pranayama que es la práctica de respiración o Dhyana, que es la meditación. ¿A que ahora alguno te suena? Otros hablan de los principios éticos o los principios personales de un yogui.

Si cuando realizas tu práctica de asana sientes que hay algo que te estás perdiendo o se te escapa, te aconsejo que leas, que profundices, que investigues y si te interesa te invito a conocer mi propia interpretación ilustrada de Las ocho ramas del yoga en formato artzine o en versión digital.

Si estás feliz practicando las posturas y no necesitas nada más, también está genial. No sé si existe la apropiación cultural, pero de lo que estoy segura es que los purismos no traen avances, innovación ni nuevas realidades creativas. Y que mientras se haga con rigor y respeto, aportar una nueva visión siempre será enriquecedor e inspirador para alguien más.

Gracias por leerme.

Amanda

ALIMENTACIÓN SALUDABLE

Uno de los pilares más importantes para llevar un estilo de vida saludable es obviamente la alimentación. Alimentarse de manera responsable tanto con el planeta como con nuestro cuerpo, que es el hogar que habitamos.

A lo largo de la Historia las civilizaciones más avanzadas cuidaban al prójimo mediante la comida. La historia de la nutrición está ligada directamente con la de la medicina, porque la alimentación nos nutre y nos protege de enfermar. No digo que no podamos enfermar si nos alimentamos de forma saludable, pero lo que es seguro es que tendremos una mejor salud y una mejor calidad de vida.

Una alimentación saludable con alimentos reales, en su mayoría de origen vegetal y siempre respetuosos con el planeta y con las personas que los cultivan, sostenible y con la menor huella ambiental posible.

Para comer de forma saludable es imprescindible dedicar tiempo a hacer una compra responsable y a cocinar. Cocinar es fundamental para alimentarse correctamente y hoy en día existen maneras de optimizar el tiempo en la cocina, con métodos como el batch cooking que a mi, personalmente, me funciona bastante bien.

Si no sabes por dónde empezar puedes encontrar inspiración y ayuda a raudales en personas como Elka Mocker, a la que vas a adorar tanto a ella como a sus recetas; Chloé Sucrée, que tiene un programa de suscripción mensual en el que te va dando los menús semanales si te cuesta tener ideas de recetas; Juan Llorca, que es chef especializado en alimentación saludable para niños. O muchísimas más que podrás encontrar en rrss.

CONSUMIDORES RESPONSABLES

Tenemos que tener responsabilidad a la hora de hacer la compra de alimentos. Estar suficientemente informados y no dejarnos influir por la publicidad. Conocer qué son alimentos reales y qué no.

La compra de alimentos es el acto de consumo más importante en el que tenemos que poner conciencia porque comemos al menos tres veces al día, cada día del año.

Alejarnos del consumo de productos procesados, que nos llenan el estómago pero no nos nutren, y en cambio comprar alimentos reales. Comprar alimentos locales y de temporada, no solo porque tendrán más nutrientes, sino porque son los que tu cuerpo necesita en cada época del año.

A mi lo que más me ayudó para empezar a hacer una compra más responsable fue dejar de comprar los alimentos en el supermercado y comprar en el mercado local. Hacer una lista de la compra semanal que incluya fruta, verdura, legumbres, frutos secos, semillas, granos de temporada y en su mayoría de proximidad.

EDUCACIÓN

La base sobre la que se sostiene una sociedad bien alimentada es sin duda alguna la educación. Tenemos que enseñar a las/los niñas/os desde pequeñas a comer bien, a tener un paladar educado en alimentos reales, a cocinar, a tener respeto por los alimentos y el entorno, a honrar la tierra de donde provienen. Una educación en la que el ser humano forma parte del ecosistema y no es el centro o la cúspide.

Si centramos la educación en memorizar datos en vez de en aprender a alimentarnos, adquirir conocimientos de nutrición, aprender a gestionar nuestras emociones, a conocernos y desarrollar nuestras habilidades y dones, no tendremos una base sólida para crecer como seres conectados con nuestra esencia y nuestro cuidado.

Aprendamos de la sabiduría de nuestros mayores, nuestras madres y abuelas. Honremos nuestra cultura gastronómica y disfrutemos conociendo otras culturas a traves de la comida. Porque hay una sabiduría ancestral que se ha transmitido a través de la forma de cocinar y combinar los alimentos que debemos preservar para las futuras generaciones y para el cuidado del planeta y de los seres que lo habitan.

Gracias por leerme.

Amanda

PENSAMIENTO CRÍTICO

PASIÓN POR APRENDER

Crecemos asimilando creencias heredadas de nuestro entorno, del sistema educativo, del gobierno, de los mass media, de las redes sociales…

Desde que somos pequeñas, en el colegio nos dicen lo que debemos pensar porque el sistema educativo occidental en general está enfocado a imponerte conceptos en vez de darte las herramientas para hacerte pensar por ti misma, contrastar informaciones, investigar y cuestionar hasta formarte tu propia opinión.

Otro gran anulador de criterio son los mass media y la publicidad como parte de ellos. Os pongo un ejemplo, cuando era adolescente me «tragaba» todos los anuncios en la tele y las revistas sobre anticelulíticos que se suponía que obraban milagros. Después de gastarme no quiero saber cuánto en productos que no servían para nada, o mejor dicho para nada bueno, descubrí que la forma de que mi celulitis se redujese era con una alimentación saludable y mucha actividad física. Y, años más tarde he llegado a la conclusión de que es completamente normal y natural tener celulitis y lo que no es normal es que te quieran hacer creer que tu cuerpo es defectuoso y que tienes que esconderlo o cambiarlo.

Estamos formadas por ideas que al patriarcado y al capitalismo les interesa imponernos, para que seamos seres pasivos a los que poder manipular.

Debemos cuestionar y revisitar todas esas creencias para ser un poco más libres de pensamiento.

De ahí la importancia de formarse la propia opinión mediante el cuestionamiento, la investigación y la documentación, contrarrestar opiniones y razonar por una misma.

NO AFERRARNOS A LAS IDEAS

Creemos que las opiniones nos definen: por eso nos apegamos a ellas, las custodiamos y nos convertimos en sus esclavos.
Pero las opiniones o creencias no nos definen y debemos permitirnos cambiar de opinión en cualquier momento y las veces que haga falta. No aferrarnos a las ideas, disfrutar mientras aprendemos sin apego.

Te ha pasado alguna vez que alguien te diga: «pero si antes no pensabas así!» como si estuvieras traicionándote o dejando de ser tú misma? Es absurdo pensar que tú eres tus ideas. Estamos en constante evolución y crecimiento y eso implica que nuestra percepción de la realidad cambia en función de nuestras experiencias y que nuestras creencias evolucionan con nosotras. Eso es crecer y estar viva.

MINIMALISMO MENTAL

Hace poco vi un video de Lucia Terol entrevistando a Sergi Torres, donde Sergi mencionaba un concepto que me encanta, el minimalismo mental. No necesitamos muchísimos de los pensamientos que tenemos. Esos pensamientos quitan espacio a la consciencia y libertad para simplemente ser y sentir.

Un día mientras limpiaba en casa me dí cuenta de que estaba pensando en un político de turno un poco detestable y de que yo sola, con ese pensamiento, me estaba provacando malestar. Noté lo absurdo que era y que además no me importaba nada esa persona a la que ni conocía y para la que yo no ocupaba ningún espacio en su mente.

Si te apetece haz tú misma la prueba: dedica un día a poner atención a los pensamientos que vas teniendo y te darás cuenta de que un gran número de ellos no te sirven para nada, son sólo ruido mental y estaría genial deshacerse de ellos.

DE ANIMAL A MÁQUINA

Estamos demasiado en la mente y nos olvidamos de sentir más, de conectarnos con nuestra esencia, con nuestro yo más animal. Vivir más en los sentidos y menos en los pensamientos. Si piensas en las cosas que más disfrute te aportan, seguramente muchas son experiencias físicas, más del sentir que del pensar.

Pero la evolución del ser humano apunta cada vez más a un ser mental, más hacia la máquina, conectada constantemente con la tecnología y recibiendo inputs directos a la mente, alejándonos de nuestra parte animal, más conectada con lo terrestre, con los sentidos, con el VIVIR.

Permitámonos también conectar con nuestra intuición para vivir más presentes en el sentir y menos en esa mente tan manipulada.

Una gran herramienta para mejorar nuestra calidad y cantidad de pensamientos es la meditación. Hay infinidad de técnicas y recursos para aplicarla a nuestra vida.

Te aconsejo que investigues, pruebes, experimentes por ti misma y apliques el pensamiento crítico para sacar tus propias conclusiones.

Gracias por leerme.

Amanda

POR QUÉ EL YOGA

MIS INICIOS

Hablar de mí misma no es algo que me guste mucho, pero es a través de mi propia experiencia como siento que mejor puedo expresar lo que quiero explicarte.

Nunca he sido una persona a la que le guste el deporte entendido como una actividad constante y con normas. Siempre he disfrutado de la actividad física más lúdica, como jugar, saltar, correr, nadar en el mar, montar en bici, andar por la montaña o cualquier otra acción que implicase diversión, aire libre y libertad de decisión.

Pero cuando trabajas muchas horas sentada y vives en una ciudad grande, un día te das cuenta de que llevas un estilo de vida sedentario y que necesitas buscar el tiempo para empezar a hacer algo de actividad física.

Comencé a practicar yoga por la parte física pero pronto descubrí que me enganchaba porque había mucho más.

Al llegar a mi primera clase de yoga, la profesora me puso delante de un espejo y me dijo cómo estaba mi postura corporal (esto no es habitual en una clase de yoga, don’t panic!) y eso ya me hizo darme cuenta de que no solo no estaba en buena forma física, sino que estaba más desconectada de mi cuerpo de lo que pensaba.

Nuestro cuerpo habla, se comunica, y nuestra postura corporal suele responder, entre otras cosas, a nuestros pensamientos. Una cosa que descubrí al llevar meses practicando yoga regularmente es que, al ganar cierta flexibilidad corporal, también había ganado flexibilidad mental.
Había abandonado mucha rigidez en mi mente, ya no tenía creencias tan categóricas y me sentía más empática y compasiva con los demás.

LA RESPIRACIÓN

Si tuviera que quedarme con un solo aspecto del yoga, sin duda alguna sería la respiración.

El yoga me descubrió que tenemos un superpoder, tan sencillo y tan a mano, como es nuestra propia respiración.

Es la mejor práctica para escucharse, calmar la mente, reconectar con el cuerpo y estar presente en el ahora. Es una herramienta muy potente en la práctica de los asanas, pero también por sí sola. La puedes utilizar en cualquier momento o situación: para calmar la ansiedad, el estrés o para trabajar la concentración.

Además, a mi personalmente las diversas prácticas de pranayama me han ayudado a reducir considerablemente los síntomas de la alergia y el asma.

Cuando te conectas con tu respiración, te conectas con la vida. La vida se concentra en una inhalación y una exhalación. Inhalar es lo primero que hacemos al nacer y exhalar es lo último que hacemos al morir. A veces nos olvidamos de lo poderoso que es, pero te aconsejo que lo pruebes ahora mismo, que inhales lento y profundo llenandote de aire desde el abdomen, pasando por el pecho hasta los pulmones, y luego exhales lento hasta vaciar todo el aire de tu cuerpo, y compruebes cómo inevitablemente te sientes mejor.

LO PERSONAL ES POLÍTICO

Tal y como proclamaba el lema feminista de los 70, para mí la política empieza en el ámbito más personal y privado. Y con esto, me quiero referir a que debemos tomar responsabilidad de nuestras decisiones y hábitos también en lo que se refiere a nuestra salud y bienestar físico y emocional.

Nuestro cuerpo debe ser nuestro templo. Si nos hacemos responsables de nuestra salud física y mental, seremos un poco más libres y menos manipulables por el sistema. Además con nuestros hábitos de consumo podemos colaborar a cambiar ese sistema hacia uno que sea más respetuoso con el planeta y con todos los seres que lo habitan.

Todos sentimos la necesidad de la búsqueda del bienestar, pero pensamos que nos lo va a proporcionar el exterior o el perseguir un ideal de persona, cuando lo que deberíamos hacer es escuchar nuestra esencia y ser fieles a nosotros mismos. Tomemos nuestras propias decisiones, tengamos pensamiento crítico respecto a todo lo que nos intenten imponer y actuemos en consecuencia. Seamos coherentes y vivamos en consonancia con cómo queremos sentirnos y en qué planeta queremos vivir.

CONCLUSIÓN

Si eres una persona muy mental, necesitas de alguna manera trabajar de manera consciente la conexión contigo misma, apagar el ruido mental y estar presente, sentir el cuerpo, escucharlo y cuidarlo.

El yoga, a fin de cuentas, es para mí eso, una herramienta para conectarme con mi cuerpo, bajar el ritmo de la mente, estar presente y en definitiva para sentirme física, mental y espiritualmente mejor. Quizás para ti lo sea, o quizás no. Sea por los motivos por los que lo practiques, no busques nada en el exterior, cierra los ojos y mira hacia dentro.

Por último quiero aconsejarte que no me tomes muy en serio, no soy experta en yoga. Soy ilustradora y diseñadora y dibujo sobre yoga para aprender, para motivarme y para profundizar en el autoconocimiento y el autocuidado. Si a mí me sirve, quizás a ti también, y esa es la intención que me mueve.

Gracias por leerme.

Amanda