POR QUÉ EL YOGA

MIS INICIOS

Hablar de mí misma no es algo que me guste mucho, pero es a través de mi propia experiencia como siento que mejor puedo expresar lo que quiero explicarte.

Nunca he sido una persona a la que le guste el deporte entendido como una actividad constante y con normas. Siempre he disfrutado de la actividad física más lúdica, como jugar, saltar, correr, nadar en el mar, montar en bici, andar por la montaña o cualquier otra acción que implicase diversión, aire libre y libertad de decisión.

Pero cuando trabajas muchas horas sentada y vives en una ciudad grande, un día te das cuenta de que llevas un estilo de vida sedentario y que necesitas buscar el tiempo para empezar a hacer algo de actividad física.

Comencé a practicar yoga por la parte física pero pronto descubrí que me enganchaba porque había mucho más.

Al llegar a mi primera clase de yoga, la profesora me puso delante de un espejo y me dijo cómo estaba mi postura corporal (esto no es habitual en una clase de yoga, don’t panic!) y eso ya me hizo darme cuenta de que no solo no estaba en buena forma física, sino que estaba más desconectada de mi cuerpo de lo que pensaba.

Nuestro cuerpo habla, se comunica, y nuestra postura corporal suele responder, entre otras cosas, a nuestros pensamientos. Una cosa que descubrí al llevar meses practicando yoga regularmente es que, al ganar cierta flexibilidad corporal, también había ganado flexibilidad mental.
Había abandonado mucha rigidez en mi mente, ya no tenía creencias tan categóricas y me sentía más empática y compasiva con los demás.

LA RESPIRACIÓN

Si tuviera que quedarme con un solo aspecto del yoga, sin duda alguna sería la respiración.

El yoga me descubrió que tenemos un superpoder, tan sencillo y tan a mano, como es nuestra propia respiración.

Es la mejor práctica para escucharse, calmar la mente, reconectar con el cuerpo y estar presente en el ahora. Es una herramienta muy potente en la práctica de los asanas, pero también por sí sola. La puedes utilizar en cualquier momento o situación: para calmar la ansiedad, el estrés o para trabajar la concentración.

Además, a mi personalmente las diversas prácticas de pranayama me han ayudado a reducir considerablemente los síntomas de la alergia y el asma.

Cuando te conectas con tu respiración, te conectas con la vida. La vida se concentra en una inhalación y una exhalación. Inhalar es lo primero que hacemos al nacer y exhalar es lo último que hacemos al morir. A veces nos olvidamos de lo poderoso que es, pero te aconsejo que lo pruebes ahora mismo, que inhales lento y profundo llenandote de aire desde el abdomen, pasando por el pecho hasta los pulmones, y luego exhales lento hasta vaciar todo el aire de tu cuerpo, y compruebes cómo inevitablemente te sientes mejor.

LO PERSONAL ES POLÍTICO

Tal y como proclamaba el lema feminista de los 70, para mí la política empieza en el ámbito más personal y privado. Y con esto, me quiero referir a que debemos tomar responsabilidad de nuestras decisiones y hábitos también en lo que se refiere a nuestra salud y bienestar físico y emocional.

Nuestro cuerpo debe ser nuestro templo. Si nos hacemos responsables de nuestra salud física y mental, seremos un poco más libres y menos manipulables por el sistema. Además con nuestros hábitos de consumo podemos colaborar a cambiar ese sistema hacia uno que sea más respetuoso con el planeta y con todos los seres que lo habitan.

Todos sentimos la necesidad de la búsqueda del bienestar, pero pensamos que nos lo va a proporcionar el exterior o el perseguir un ideal de persona, cuando lo que deberíamos hacer es escuchar nuestra esencia y ser fieles a nosotros mismos. Tomemos nuestras propias decisiones, tengamos pensamiento crítico respecto a todo lo que nos intenten imponer y actuemos en consecuencia. Seamos coherentes y vivamos en consonancia con cómo queremos sentirnos y en qué planeta queremos vivir.

CONCLUSIÓN

Si eres una persona muy mental, necesitas de alguna manera trabajar de manera consciente la conexión contigo misma, apagar el ruido mental y estar presente, sentir el cuerpo, escucharlo y cuidarlo.

El yoga, a fin de cuentas, es para mí eso, una herramienta para conectarme con mi cuerpo, bajar el ritmo de la mente, estar presente y en definitiva para sentirme física, mental y espiritualmente mejor. Quizás para ti lo sea, o quizás no. Sea por los motivos por los que lo practiques, no busques nada en el exterior, cierra los ojos y mira hacia dentro.

Por último quiero aconsejarte que no me tomes muy en serio, no soy experta en yoga. Soy ilustradora y diseñadora y dibujo sobre yoga para aprender, para motivarme y para profundizar en el autoconocimiento y el autocuidado. Si a mí me sirve, quizás a ti también, y esa es la intención que me mueve.

Gracias por leerme.

Amanda

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